La Luna y la Tierra tienen un elemento en común, el agua.
Investigadores creen que siempre estuvo en nuestro satélite y que fue depositada por los meteoritos primitivos que también la llevaron a nuestro planeta.
Recientemente, una nave de la NASA y una nueva investigación de muestras de las famosas misiones Apolo demostraron que la Luna contiene agua, y mucha, tanto en su superficie como en el interior. La procedencia de ese líquido elemento ha sido objeto de debate entre los científicos, que no se ponen de acuerdo de cómo llegó hasta allí. Un nuevo estudio realizado por investigadores estadounidenses sugiere en la revista Science que proviene de meteoritos primitivos, igual que la de la Tierra, y que, posiblemente, siempre estuvo allí, desde el origen mismo de nuestro satélite.
Hace 4.500 millones de años, muy pronto en la historia de la Tierra, un objeto gigante golpeó nuestro planeta originando un disco de escombros a partir del cual se formó la Luna. Los científicos han asumido durante mucho tiempo que el calor del colosal impacto hizo que el hidrógeno y otros elementos volátiles hirvieran en el espacio, por lo que, según esa teoría, la Luna se formó completamente seca.
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