Los agujeros negros no existen
Al menos matemáticamente. Esta es la controvertida conclusión del estudio presentado por la investigadora Laura Mersini-Houghton del Colegio de las Artes y las ciencias de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EEUU) y cuya aproximación ya fue publicada el pasado mes de junio en la revista Physics Letters B.
Mediante la fusión de dos teorías, aparentemente contradictorias, Laura Mersini-Houghton, demostró matemáticamente que los agujeros negros no pueden llegar a existir. El trabajo no sólo obliga a los científicos a reimaginar el tejido del espacio-tiempo, sino también a repensar los orígenes del Universo.
Durante décadas, se ha creído que los agujeros negros se forman cuando una estrella masiva colapsa bajo su propia gravedad en un único punto en el espacio. A su alrededor se forma una membrana invisible, conocida como el ‘horizonte de sucesos’. Cualquier el objeto que la sobrepase es engullido y no podrá dar marcha atrás en su camino. Es el punto en el que la atracción gravitacional de un agujero negro es tan fuerte que nada puede escapar de él.
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