Desde su fundación, Planetario USACH se convirtió en un icono arquitectónico de Santiago y un referente nacional en divulgación del conocimiento astronómico.
40 años. El edificio.

El edificio de Planetario USACH rinde tributo al pasado, pero también rompe con él, innovando. El arquitecto Oscar Mac-Clure (1922-2024) sabía que su obra debía producir sorpresa y emocionar. Sorpresa, por fuera, y emoción, por dentro. Pese a su forma, ninguno de sus visitantes advierte que está inspirado en una pirámide maya.
La construcción homenajea el observatorio astronómico de Chichén Itzá y uno de sus espejos de agua emula un cenote maya, donde ese pueblo ancestral estudiaba el universo y las estrellas a través de su reflejo en estos estanques durante las noches. Así, la astronomía Maya, una de las más precisas, se construyó a partir de la proyección de la imagen del cielo estrellado en una superficie plana, lo que permitía cálculos mucho más exactos.
Oscar Mac-Clure imaginó las piscinas de Planetario como actualizaciones de estas estructuras geomorfológicas de Yucatán, considerados espacios sagrados por la cultura Maya al ser las puertas que los conectaban con el inframundo.



Junto con el querido proyector Carl Zeiss, lo más característico de Planetario es su edificio. Cada vez que había función, por su cono truncado bajaba una cascada de agua que refrigeraba la sala en el verano y decantaba en los dos espejos de agua.
Desde la calle, el público sabía que, si corría el agua por el cono, el proyector de Planetario estaba en funcionamiento.
El arquitecto Oscar Mac-Clure recuerda en una entrevista:
“En 1969, con el fin de obtener información técnica, fui en comisión de servicio, ese mismo año, a la industria Carl Zeiss de Oberkochen, Alemania Occidental, realizando otras visitas programadas a los Planetarios de Nürenberg, Berlín, Zurich, Lucerna, París y Londres. Posteriormente, visité por mi cuenta los Planetarios de Nueva York y Buenos Aires. En México visité los del Instituto Politécnico de Zacatenco en la Capital Federal y los de Morelia y Villahermosa”.
En 1997, con el apoyo de Codelco y la asesoría técnica de la empresa constructora Ñielol, se revistió el simbólico cono truncado de Planetario con planchas de cobre. Además del factor estético, que perfiló de mejor manera el cono, se buscó remarcar el concepto tecnológico y moderno del edificio, usando el metal símbolo del país.
En 2019, se instaló en el frontis de Planetario una placa en agradecimiento a Oscar Mac-Clure, un reconocimiento al trabajo realizado por el arquitecto y que es parte esencial de la historia de la institución.